En el sector agrícola, el uso de estos elementos químicos es crucial para mejorar la calidad y rendimiento de los cultivos. El carbonato de cobalto y el cloruro de níquel actúan como micronutrientes esenciales, favoreciendo el crecimiento saludable de las plantas. El dióxido de selenio y el selenio shot proporcionan antioxidantes que mejoran la resistencia de los cultivos a enfermedades y estrés ambiental. El fluosilicato de potasio y el nitrato de sodio son vitales como fertilizantes, promoviendo un desarrollo vigoroso y una mayor producción. Además, el selenito de sodio, las sales de Rochelle y el trióxido de arsénico ayudan en la protección contra plagas y enfermedades, asegurando así una cosecha abundante y de alta calidad.